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dopamina

La Fábrica de Dopamina

¿Sabías que todos cargamos una fábrica en la bolsa, que nos roba a diario y con nuestro permiso? No fabrica ropa, ni tecnología…fabrica algo adictivo: dopamina.

Cada vez que abres TikTok, Instagram o YouTube miramos un video por aquí, otro por allá y cuando menos nos damos cuenta… nuestro cerebro suelta dopamina y se siente increíble.

Pero hay un problema. La dopamina que viene de las redes es como la comida rápida: te llena en el momento, pero luego te deja vacío.

Mientras tú te deslizas en una pantalla… alguien más está entrenando.

Mientras tú te comparas… alguien más está creando.

Mientras tú sueñas con la vida de otro… alguien más está construyendo la suya.

El peligro no es que uses redes, el peligro es que las redes te usen a ti. Que vivas pensando que avanzas, cuando en realidad llevas horas sentado moviendo el pulgar.

Y eso pasa porque las redes nos venden una ilusión: El filtro perfecto, el éxito fácil, una vida soñada. Pero nadie nos muestra las noches sin dormir, los fracasos, las veces que quisieron rendirse.

Ahora pregúntate algo:

¿Cuándo fue la última vez que te sentiste orgulloso de ti y no porque te dieron un “me gusta”? O ¿Cuándo fue la última vez que dejaste el teléfono y te diste cuenta que la vida real se siente mucho más intensa que cualquier pantalla?

Porque, aunque no lo creas, la vida de verdad es más bonita que cualquier historia que subas.

La risa con tus amigos, el miedo antes de un reto o la satisfacción de lograr algo que parecía imposible…Eso no cabe en un ¨feed¨.

Así que hoy te dejo otra pregunta, cuando alguien te busque en la vida real ¿vas a ser el protagonista de tu historia o solo el espectador de la de otros?

Cierra esa fábrica que te roba y empieza a construir la que realmente te va a llevar lejos.

Esa que fabrica disciplina, propósito y una vida que valga la pena vivir.

Porque las redes pueden darte dopamina… pero solo tu vida real puede darte sentido

 

 Gustavo Eduardo Sánchez Valladares (4to. Bach. C.C.L.L.)